Continuando el tema, al reconstruir la identidad por medio de la cultura, la religiosidad del pueblo toma un rol fundamental, pues, según Foerster , para los mapuche existe una estrecha relación entre su identidad cultural y su identidad religiosa. La religiosidad del pueblo mapuche intenta dar respuesta a las preguntas que el hombre y la mujer se hacen frente a su medio ambiente, según lo que ellos perciben de la naturaleza en su relación con ella y en sus efectos sobre los seres y las cosas de este mundo.
“Surge así, un sistema de relaciones con el mundo superior y las divinidades (que son la fuente de todo), y un sistema de actos o gestos que expresan estas relaciones (los ritos). El modo de cómo se percibe el universo y las relaciones de los seres humanos dentro del universo, determina en gran medida cómo hombres y mujeres perciben la presencia divina”.
Así, los pueblos que viven cerca de la tierra tienden a ver la presencia divina en la naturaleza y es allí donde realizan los encuentros rituales, cuyo propósito fundamental es reforzar los lazos de lo humano con lo divino.
Foerster , respecto a la religiosidad y creencias del pueblo mapuche, plantea que las diferencias y fragmentaciones presentes en esta sociedad son superadas a partir del rito. El rito es el que convoca y une al mapuche, pues con este se recrea y revive el conjunto de tradiciones sagradas y profanas que las divinidades legaron a los antepasados y, por lo tanto, también la reciprocidad con ngenechén o Ser Supremo, por los nuevos dones que Este otorga. Por ejemplo, los nguillatunes congregan a un número inmenso de personas pertenecientes a varias comunidades, que provienen de distintos lugares, a veces muy distantes, en torno a una rogativa dirigida a las divinidades y a los antepasados con el fin de obtener sus favores y protección, y también para agradecer los bienes recibidos. Pone en contacto recíproco al mundo profano con el mundo sagrado, con el fin de mantener el equilibrio en el universo. Así en la ciudad, según María Elena Riveros, es posible mantener la identidad que brinda el nguillatún, pues aunque no piden por las cosechas o no guardan una relación estrecha con la naturaleza, si pueden mantener los elementos esenciales del rito, pero aplicados a su realidad urbana, manteniendo su autonomía cultural, y por ende su identidad.
Así como los ritos son fundamentales para la inculturazión, y finalmente la conformación de la identidad de mapuche en la urbe. Para alcanzar esta identidad se necesitan herramientas que acerquen la las tradiciones, costumbres, ritos y religiosidad a los mapuches urbanos, es acá donde toma un rol protagónico el aprendizaje de la lengua de la tierra, el mapudungún.
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